jueves, 29 de enero de 2009

Cuando el río suena... Zancudos trae!

María Shahuano es una anciana de unos 80 años aproximadamente. Sus ojitos negros, que ahora se nublan ante la presencia de la carnosidad, han visto como se dio inicio a la vida en el populoso barrio (ahora distrito) de Belén, lugar que empezó a poblarse cuando las playas alejaron al Amazonas de los puertos y malecones de Iquitos.
… “Aquí joven, todo era playa… nadie quería vivir en este lugar porque se alaga… solo los que veníamos de la chacra en nuestras balsas, nos quedamos por acá nomas… Y cuando el agua se iba, nosotros en la playa sembrábamos nuestro chiclayito y nuestro arrocito para vender en el mercado y aprovechábamos para comprar nuestras cositas, porque cuando volvía a crecer el agua, la pesca solo nos daba para comer”…

Han pasado muchos años desde entonces y María sigue viendo a su barrio crecer. Sus vecinos ahora son otros, esto debido a que la mayoría de sus coterráneos ya emprendieron el viaje sin retorno. Ella mientras tanto espera ese momento de manera muy activa, la podemos encontrar tejiendo sus canastas y abanicos al caer la tarde.

Su vida transcurría sin ningún tipo de sobresaltos. A lo largo de todos estos años, logró vivir de manera armoniosa con todo lo que significa radicar en una zona que es considerada como uno de los principales focos infeccioso de la ciudad, sobre todo en épocas cuando el río sube su caudal. Es precisamente estas épocas de inundaciones, que marcaron a María estos últimos años.
… “Yo siempre escuché eso del Dengue y lo peligroso que es… pero hijito qué más podemos hacer nosotros si nos tienen abandonados por aquí… Cuando viene el agua, a medida que va creciendo, trae bastante zancudo. Nuestros mosquiteros no nos protegen. Por eso perdí primero a mi último hijo y después a mi huahuita Dana (María llora al recordar esos duros momentos)… Ellos murieron con dengue, jovencito!!!

Esos fumigadores vienen cuando la gente se está muriendo. Ellos deberían de estar preparados cuando va a empezar la creciente. Tanto ya pues no van a saber cuando crece el agua, si todos los años nos alagamos. ¿Qué hace el alcalde?, ¿Qué hacen los doctorcitos? porque no se preocupan por Belén… Seguro porque somos pobres creen que no valemos nada!”...

Cuantas historias similares se repiten a lo largo de la zona baja del Distrito de Belén. Es conocido que la creciente de los ríos en nuestra Amazonía se da precisamente en estos días del mes de enero. Se conoce también del incremento de los zancudos en las zonas inundables debido a que estos insectos siguen el caudal de las aguas. Y lo trágico de todo esto es que las entidades encargadas de ver este problema, conociendo las características antes mencionadas, no hacen nada o se demoran en hacer frente a estos zancudos, agentes del mortal Dengue.

Señor alcalde del Distrito de Belén, “Doctor” José Vela. Señor director de la Dirección Regional de Salud, Doctor Carlos Marique de Lara. No esperen que los reportes en los hospitales señalen que se incrementaron los casos de Dengue o Malaria para recién tomar cartas en el asunto. Prevengan, es de seres razonables hacerlo. Evitemos que más familias humildes como la de María, pierdan a sus seres queridos por la inoperancia y desidia de ustedes que son los grandes decisores. En sus manos esta!!!

María aun llora por los familiares que perdió. Y observa con cierto pavor como el agua viene apoderándose de las callecitas de su querida zona baja de Belén. Mientras que los zancudos le susurran al oído, anunciándole su aterradora presencia.

1 comentarios:

Paco Bardales dijo...

Me ha gustado el estilo con que trabajas la confesión y algo del pulso narrativo se encamina hacia buen puerto. Creo que se podrìa prescindir de la invocación expresa a Vela y Carlos Manrique por algo màs sutil.

Por lo demás, buena nota.

Slds